Durante muchos anos tuve miedo, hoy menos que antes, es por esto que comparto en esta oportunidad un texto que dice relación a cómo muchas veces nuestras decisiones no son las mejores a partir del contexto que creamos.
Contexto
Corría el ano 2013 cuando reprobé el examen de grado de Derecho, y ante la presión de sentarse en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, decidí caminar a patear ese penal que me pudiera llevar a conquistar el título.
Concentración
Era una Montana Rusa de emociones aquel día, los días previos hice lo que tenía que hacer antes de un partido, descansar, e imaginar distintos escenarios posibles. Porque el fracaso es parte del proceso, y las herramientas que adquirimos nos permiten hacernos cargo a partir de la propia experiencia.
Mi base, debo confesar, no fue tan buena, no me apasionaba estudiar, cada vez que no me entraba la materia me frustraba, en la época además de estudiar, llevaba más de 5 anos emprendiendo, continuaba jugando futsal en distintos equipos y siempre inventaba un proyecto nuevo para evitar estudiar y enfrentar el proceso con otra actitud.
El día del partido
Desde que me levanté en la manana aquel día, tomé un bano, desayuné liviano, recibí un sinnúmero de mensajes de apoyo, sonrei, y en vez de sentirme empoderado, sentí responsabilidad de no decepcionar a todas esas personas que me apoyaron en el día a día (Familia y amistades genuinas).
Luché durante toda mi época universitaria contra una depresión que recibía tratamiento cada mes.
Y es que la salud mental no solo de atletas es clave a la hora de enfrentar procesos de alto rendimiento.
El calentamiento
Llego a la cancha, y en el estacionamiento de Santa María, recibí la bendición del Calambre. Los ritos me iban poniendo una mochila aún más pesada (hasta la época, y según don Manuel, nadie había sido reprobado luego de sus palabras). Es que esa bendición es de alguien que te acompanaba siempre, con quien intercambiabas ideas y puntos de vista, que te conocía desde siempre. Es la de ese entrenador que te hace sentir que eres capaz, que tu proceso te pertenece y que un examen tampoco determina tu capacidad de leer el derecho y de incorporarlo dentro del proceso de aprendizaje, que salga a la cancha a demostrarlo. Parecidas a las palabras de Andrés Aranda, como de todas aquellas personas que te acompanan y creen en tu trabajo, partiendo por la familia que siempre está.
La previa
Caminé observando, con actitud siempre, no me sentía cómodo (partiendo porque este partido se juega de terno y no con una camiseta, tampoco en el patio), un examen lleno de protocolos y formalidades, caras conocidas, familia, caras nuevas, autoridades, y el escenario, la cancha. Todo listo y dispuesto.
El partido
Aquel día 8 de octubre, ante una comisión muy amable, reprobé mi examen de grado, de manera justa, erré el penal. El contexto de aprendizaje creado no fue el adecuado para el proceso. Y el proceso no fue llevado a través de una gestión planificada. El resultado fue consecuencia del proceso.
Post Partido
Tengo una laguna mental desde que recibo la respuesta de la reprobación del examen hasta que camine afuera de la cancha a respirar, mirar mi entorno (no estaba solo) y decirme a mi mismo.... "Hiciste lo que tenías que hacer, dar el examen. Levántate, que ya vendrá la revancha y sabrás como se hace. Si algo el fútbol te ensenó, es que perder y el manejo de la frustración son parte del juego".
Aprendizaje
Y asi es que me converti en un Not Abogado que tiene como propósito usar el fútbol de base formativa y las herramientas del derecho para promover una sociedad más inclusiva y con más oportunidades para enfrentar los desafíos de nuestras vidas. No fue el primero, ni será el último que voy a errar, por eso disfruto tanto cuando el penal entra al arco, mientras tanto, sigo aprendiendo.
Gracias por visitar, leer, comentar y compartir. Espero que esta historia permita crear valor a alguien.
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Qué lindo es leerte calamidad. Te conocí siendo un niñito delgado de quizás 10 años de edad y es maravilloso seguir en contacto. El contar también los partidos perdidos te hace grande. te quiero mucho y te prefiero de not abogado. Un abrazo
Todos nos hemos perdido un penal más de una vez en la vida, y seguro, nos perderemos muchos más.
Ese día no pudimos gritar y celebrar tu gol, sin embargo, hemos vivido muchas otras ocasiones en las que si lo hicimos. Y lo seguiremos haciendo, especialmente porque eres una gran persona, un gran amigo y un gran formador.
que uno de tus orgullos sea saber que hoy hay un poco de ti en todos los que hemos podido contar con tu apoyo, tus palabras y tus locuras.
te quiero mucho!
Grande Seba, gracias por compartir tu historia. Muchas veces nos esforzamos por esconder nuestros penales errados siendo que son los que más nos fortalecen